lunes, 17 de agosto de 2009

ASESINARON LA RISA

POR: ANDREA GÓMEZ RICARDO
Hace 10 años el humorista y periodista Jaime Garzón fue asesinad supuestamente por el grupo paramilitar AUC, miles de colombianos se reunieron el 13 de agosto de 1999 en la Plaza Bolívar de Bogotá, para despedir a un símbolo de la irreverencia y de la necesaria crítica al gobierno y sus representantes, para expresar el rechazo a la violencia que se vivía en la época.
La noticia inundó los medios de comunicación y cómo no si aparentemente Garzón era pieza clave en el proceso de negociación de paz, lograba que corrientes de pensamiento opuestas se sentaran en una mesa a discutir el futuro del país.
No creo que para muchos sea raro que en este país silencien a quienes hacen oposición o a los que simplemente digan las cosas como son y sin anestesia, Garzón era un personaje de ésos, de los que se valía de la risa para mostrarle a todos las desgracias que estaban viviendo.
A pesar de que el mecanismo del que se valía Jaime para hacer crítica no fuera visto a través de la historia con buenos ojos, considero importante destacar que para valerse de la risa para hacer crítica, necesita de una cultura, de creatividad, de inteligencia; es una forma de reírnos de la tragedia.
Garzón sabía que en cualquier momento lo iban a asesinar, de hecho antes de que sucediera dijo que si lo mataban lo mataba un bruto, y no solo un bruto sino un animal salvaje, pues nos hace pensar en la época del canibalismo, donde el hombre actúa por instinto, donde todo era barbarie y no había civilización.
La crítica es un mecanismo de defensa, una señal de inteligencia y de civilización, quien hace crítica es una persona valiente, que se enfrenta al poder sin importar quien esté ejerciéndolo, como lo hacía Jaime la crítica es una forma de decir las verdades con altura.
Lastimosamente hechos como ese nos recuerdan la fragilidad en que vivimos y la mezquindad que se tiene por la vida en Colombia y que nos separa cada vez más del país que anhelamos, 10 años más tarde el país todavía llora su muerte, quizá porque su risa era necesaria.
La presencia de Garzón en el país era una señal de que las cosas estaban cambiando, mostró que ya no era necesario un humor burdo, que hacía falta humor inteligente pero su asesinato demostró que en Colombia no hay cabida para este tipo de humor.
Será que en este país ya estamos acostumbrados a las masacres, que ya no nos duele la muerte de cualquier individuo, es aterrador pensar que seamos tan insensibles, nos mataron la alegría pero no la esperanza, el tiempo ha pasado pero creo que en la mente de los colombianos todavía hay una ilusión, que nos indique que ya tocamos fondo y que algún día saldremos de la violencia y encontraremos el camino de la paz si queremos evitar caer en el abismo.

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